Cuantos sueños fracasan sin despertar, cuantas voces callaron sin poder hablar. Cuanta gloria que quisimos alcanzar, la victoria nunca parece llegar. Y esas noches cuando te sentís sola y no podes más, juntando tristeza miras al cielo y sin preguntar. Cuantos cachivaches bailan sin saber soñar. Cuantos giles corren sin saber caminar. Sobran los que hablan, y hablan solo por hablar, te fumas un fino y empiezan a comentar. Sólo con escuchar tu voz vuelvo a levantarme yo. Cuantos rocanroles, cuantas noches más.