Eran noches sin secretos, eso era amor en los huesos, y todo lo olvidó. Yo era la luz de sus ojos, era el agua de su arroyo y todo lo olvidó; ni siquiera me dejó la mirada del adiós. Se llevó de mi colección de mis sonrisas, la mejor. En la noche fui su estrella y hasta la luz de su vela, y todo lo olvidó. Prometió hasta la prohibido, me dió cita hasta en su olvido y todo lo olvidó.